Queridos hombres abusivos

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Queridos hombres abusivos en la iglesia,

A menudo tengo ganas de reprenderles, pero en lo que sigue realmente quiero hacerles una especie de cumplido. Ustedes están teniendo éxito en cambiar los corazones y las mentes acerca de un tema clave que enfrenta la iglesia de Jesucristo hoy. Donde los teólogos y pastores lo han intentado y han fracasado, ustedes están marcando realmente la diferencia. Frente a sus contribuciones a la reflexión sobre este tema, a menudo ni yo ni los demás tenemos ninguna posibilidad.

Me pregunto si se dan cuenta del éxito que están teniendo al cambiar la mentalidad de la iglesia sobre las mujeres en cargos eclesiásticos. He tratado de argumentar que la Palabra de Dios no cambia. He argumentado que la enseñanza de Pablo sobre este asunto no está condicionada culturalmente, sino que está arraigada en la creación. Otros han tratado de argumentar lo contrario. Ambas partes presentan argumentos exegéticos de la Biblia. ¡Pero mírense! Ni siquiera necesitan la Biblia. Todo lo que tienen que hacer es pegarle a sus esposas y a sus hijos. Todo lo que tienen que hacer es abusar física, psicológica, financiera o sexualmente de sus seres queridos, y están haciendo un trabajo mucho mejor que cualquier otra persona que argumenta a favor de las mujeres como oficiales de la iglesia. Hombres, ustedes han cerrado el trato.

Después de todo, sus esposas probablemente no se sientan cómodas hablando con un anciano gobernante o pastor sobre lo que les están haciendo. Si su iglesia es como muchas, probablemente se pondrán de su lado. Pensarán que sus esposas están exagerando.  Escucharán mientras las acusan de tener alguna enfermedad mental o de otro tipo. La iglesia continuará insistiendo en la necesidad de que sus esposas se sometan a ustedes como cabezas de familia. Si ellas se ponen en contacto con la policía o con un abogado, serán ellos quienes las disciplinen en lugar de a ustedes. Y seguirán haciendo lo que están haciendo bajo su «paraguas de protección».

Y todo ese tiempo, estarán presentando un fuerte argumento a favor de las mujeres como oficiales de la iglesia. Lo que dice la Biblia ya no importa aquí. Lo que importa es que están llevando a las mujeres a la conclusión de que, realmente, solo las mujeres pueden ayudar a otras mujeres. Creo que también están conduciendo a algunos hombres a esa conclusión. Su violento alboroto en el hogar está planteando el caso de que los hombres en posiciones de poder no son confiables para ayudar a las mujeres que son abusadas por otros hombres poderosos. La única manera de avanzar es que las mujeres sean ordenadas en la iglesia. Necesitamos mujeres para servir como pastoras, ancianas y diaconisas. Solo las mujeres en el liderazgo pueden cambiar la cultura patriarcal tóxica en nuestras iglesias.

Ahora bien, en realidad yo no creo eso. Todavía creo lo que dice la Biblia acerca de que los hombres ocupen puestos de liderazgo en la iglesia. Pero me lo están poniendo difícil a mí y a otros que, por un lado, queremos mantener lo que dice la Biblia y, por otro lado, condenamos la violencia doméstica y el abuso y queremos encontrar formas de abordarlo tanto como hombres como mujeres en la iglesia. Con su abuso poderosamente convincente y los simpáticos «flying monkeys»[1] que los protegen, nuestros argumentos de la Biblia están cayendo cada vez más en oídos sordos.

He ahí el problema: no voy a convencerlos de que cambien su conducta con este escrito. No les importa si están conduciendo a la iglesia hacia la apostasía porque su vida entera va en esa misma dirección. Me gustaría poder tener esperanzas de que potencialmente cambien, pero las estadísticas no son muy alentadoras. Diré dos cosas: 1) En mí no tienen un amigo a menos que estén sinceramente dispuestos a arrepentirse y comenzar a vivir como cristianos; 2) Cuando me opongo a la violencia doméstica y el abuso, lo hago porque me preocupo por los vulnerables, pero también porque sé las consecuencias que tiene para la espiritualidad y la fidelidad de la iglesia. Ustedes, sin embargo, son destructores de la iglesia y perturbadores en Israel.

Así que, felicitaciones por su «éxito». El feminismo ha matado a sus miles, pero su comportamiento abusivo mata a sus diez miles. El igualitarismo ha influido en las mentes, pero su comportamiento abusivo ha convencido a los corazones. La Nueva Hermenéutica necesitaba miríadas tras miríadas de palabras, pero todo lo que ustedes necesitaban eran sus puños. Que Dios tenga misericordia de ustedes y de todos los que sufren en sus manos.


[1] Nota del Traductor: La expresión en jerga de habla inglesa «flying monkeys» se refiere a aquellas personas que, consciente o inconscientemente, facilitan o minimizan las consecuencias del comportamiento de los abusadores.