LA DOCTRINA DE LA IGLESIA

Para muchos hoy que dicen ser cristianos, la iglesia es opcional. Muchos hoy ven a la iglesia como algo de lo que puedes prescindir. Pero esa perspectiva está muy lejos de lo que enseña la Biblia.  La Biblia enseña que la iglesia de Jesucristo es su esposa amada por quien murió (Efesios 5:25). ¿Cómo puede un cristiano creyente en la Biblia afirmar que la iglesia que Cristo ama no es importante? Nuestras iglesias confiesan, de acuerdo con la Palabra de Dios, que la iglesia es crucialmente importante para los cristianos.  Con eso en mente, revisemos los fundamentos de la doctrina de la iglesia (también conocida como «eclesiología»).

Definición

La Confesión Belga dice en el artículo 27 que la iglesia «es una santa congregación y asamblea de los verdaderos creyentes cristianos…» Cuando dice esto, está hablando de la iglesia en el sentido más amplio: la iglesia «católica».  Sin embargo, también es cierto para las manifestaciones locales.  Cada iglesia local es una santa congregación y asamblea de creyentes.  En su esencia, eso es lo que es una iglesia.  Esta definición se deriva de la palabra principal utilizada en el Nuevo Testamento para la iglesia: ekklesia (de donde obtenemos nuestra palabra castellana ‘eclesiástico’).  Ekklesia se refiere a aquellos que han sido reunidos o convocados.  Dios nos ha reunido en esta congregación o asamblea.  Al hacerlo, nos ha apartado del pecado y del mundo, por lo que se describe como una congregación y asamblea santa.

Atributos

También confesamos que la iglesia de Cristo en su sentido más amplio también tiene cuatro atributos o características.  Estos cuatro se encuentran juntos en el Credo de Nicea:

  1. Unidad – La iglesia es una en Jesucristo y en su enseñanza.
  2. Santidad – La iglesia ha sido apartada por Dios del pecado y del mundo.
  3. Catolicidad – La iglesia es universal. Esto es cierto en tres sentidos:
    1. Catolicidad geográfica: la iglesia se encuentra en todo el mundo físico.
    1. Catolicidad étnica: la iglesia se encuentra en todo tipo de culturas diferentes.
    1. Catolicidad temporal: la iglesia ha sido desde el principio del mundo y será hasta el final.
  4. Apostolicidad – La iglesia está construida sobre la doctrina de los apóstoles como se revela en el Nuevo Testamento.

Por lo tanto, confesamos que creemos en «una santa iglesia católica y apostólica».

Marcas

Confesamos que hay iglesias verdaderas e iglesias falsas, así como sectas (ver Confesión Belga, art. 29). Todo esto se refiere principalmente a las iglesias locales. Entonces, ¿cómo puedes discernir qué es una iglesia verdadera?. Ahí es donde entran en juego las marcas de una verdadera iglesia. Hay tres:

  1. La predicación pura del evangelio (¡la marca más importante!).
  2. La administración pura de los sacramentos.
  3. El ejercicio de la disciplina eclesiástica.

Para que una iglesia sea verdadera, estas tres marcas deben estar presentes.  Sin embargo, si falta una o todas las marcas, eso no significa automáticamente que sea una iglesia falsa, sino que podría ser una secta.  De acuerdo con lo que confesamos de la Biblia en el artículo 29 de la Confesión Belga, una iglesia falsa debe tener las cinco marcas:

  1. Se asigna más autoridad a sí misma y a sus ordenanzas que a la Palabra de Dios.
  2. No quiere someterse al yugo de Cristo.
  3. No administra los sacramentos como Cristo ordenó en su Palabra, sino que les agrega y les quita lo que le plazca.
  4. Se basa más en los hombres que en Jesucristo.
  5. Persigue a aquellos que viven vidas santas de acuerdo con la Palabra de Dios y que reprenden a la iglesia falsa por sus pecados, codicia e idolatría.

En el contexto histórico original de la Confesión Belga, eso se refería a la Iglesia Católica Romana. Sin embargo, eso no descarta la posibilidad de que todavía pueda haber otras iglesias falsas en nuestros días.

El Gobierno de la Iglesia

El gobierno de la iglesia ha sido un tema muy debatido durante siglos. Algunos han dicho que Cristo gobierna la iglesia en la tierra a través de un sistema papal de jerarquía.  Otros han dicho que Cristo gobierna la iglesia en la tierra a través de un monarca.  Otros han argumentado a favor del gobierno congregacional.  Nosotros, sin embargo, confesamos que Cristo gobierna su iglesia a través de un consistorio.  El consistorio local (ministro y ancianos) es el único cuerpo permanente en el gobierno de la iglesia reformada, también es el cuerpo «más alto».

Las iglesias locales se unen voluntariamente en una federación/denominación eclesiástica; el documento que rige esta relación es el Orden de la Iglesia/Constitución.  En el Orden de la Iglesia, las iglesias locales están de acuerdo en cómo vivirán juntas en una federación/denominación.

En el contexto de una federación/denominación, las iglesias de una determinada región se reúnen en un classis/presbiterio, y las iglesias de una federación/denominación nacional se reúnen en un sínodo.  Estas asambleas solo existen cuando se reúnen, no son permanentes. Además, las decisiones de los classis/presbiterios y los sínodos son revisados por los consistorios locales para asegurarse de que están de acuerdo con la Escritura y las confesiones.  La pelota siempre se detiene en el consistorio.

Su profesión de fe y la Iglesia

Cuando haces profesión pública de fe, «resuelves firmemente comprometer toda tu vida al servicio del Señor como miembro vivo de su iglesia».  Profesas tu fe en Dios, pero junto con ella viene un compromiso con su iglesia.  Ahora bien, ese compromiso no debe entenderse en el sentido de que usted jura lealtad incondicional a las Iglesias Reformadas.  Podría suceder que nuestra iglesia se vuelva infiel.  Entonces, por el bien de Cristo y el evangelio, debes irte y encontrar una iglesia fiel en otro lugar. Sin embargo, mientras la iglesia sea fiel a la Palabra de Dios, tu llamado es amarla y hacer lo que puedas para edificarla con tu tiempo y dones espirituales.

Traductor: Valentín Alpuche