DECLARACIONES FUNDACIONALES DEL GOBIERNO DE LA IGLESIA REFORMADA

Traductor: Valentín Alpuche

Este documento se preparó originalmente en el contexto de las negociaciones de fusión entre las Iglesias Reformadas Canadienses y las Iglesias Reformadas Unidas. No tiene una posición oficial en la CanRC (Iglesias Reformadas Canadienses), pero está incluido en el Orden de la Iglesia de las Iglesias Reformadas Unidas. Es un resumen útil de los principios que sustentan el gobierno de la iglesia reformada en la línea de Dort.

  1. La iglesia es posesión de Cristo, quien es el Mediador del Nuevo Pacto.

Hechos 20:28; Efesios 5:25-27

  • Como Mediador del Nuevo Pacto, Cristo es la Cabeza de la iglesia.

Efesios 1:22-23; 5:23-24; Colosenses 1:18

3. Debido a que la iglesia es posesión de Cristo y Él es su Cabeza, los principios que gobiernan la iglesia no están determinados por la preferencia humana, sino por la enseñanza bíblica.

Mateo 28:18-20; Colosenses 1:18; 2Timoteo 3:16-17

4. La iglesia católica o universal posee una unidad espiritual en Cristo y en las Sagradas Escrituras.

Mateo 16:18; Efesios 2:20; 1Timoteo 3:15; 2Juan 9

5. En su sujeción a su Cabeza celestial, la iglesia universal es gobernada por Cristo desde el cielo, por medio de su Palabra y Espíritu, con las llaves del reino que Él ha dado a la iglesia local para ese propósito. Por lo tanto, ninguna iglesia puede dominar a otra iglesia.

Mateo 16:19; 23:8; Juan 20:22-23; Hechos 14:23; 20:28-32

6. Los oficios de ministro, anciano y diácono son locales en autoridad y función. El Señor no dio oficios universales, nacionales o regionales permanentes a Su iglesia por los cuales las iglesias han de ser gobernadas. Por lo tanto, ningún oficial puede dominar a otro oficial.

Hechos 14:23; 16:4; 20:17, 28; Efesios 4:11-16; Tito 1:5

7. A fin de manifestar nuestra unidad espiritual, las iglesias deben buscar el contacto con otras iglesias reformadas confesionales fieles para su edificación mutua y como testimonio eficaz al mundo.

Juan 17:21-23; Efesios 4:1-6

8. El ejercicio de una relación federativa sólo es posible sobre la base de la unidad en la fe y en la confesión.

1Corintios 10:14-22; Gálatas 1:6-9; Efesios 4:16-17

9. Aunque las iglesias existen en ciertas circunstancias sin relaciones federativas formales, el bienestar de la iglesia requiere que tales relaciones se establezcan siempre que sea posible. Entrar o permanecer en tales relaciones debe ser voluntario; sin embargo, existe la obligación espiritual de buscar y mantener la unidad federativa de las iglesias mediante lazos formales de comunión y cooperación.

Hechos 11:22, 27-30; 15:22-35; Romanos. 15:25-27; 1Corintios 16:1-3; Colosenses 4:16; 1Tesalonicenses 4:9-10; Apocalipsis 1:11, 20

10. Las iglesias miembros se reúnen en asambleas más amplias para manifestar la unidad eclesiástica, protegerse contra las imperfecciones humanas y beneficiarse de la sabiduría de muchos consejeros. Las decisiones de tales asambleas son resueltas y vinculantes entre las iglesias, a menos que sean contrarias a las Escrituras, las Confesiones Reformadas o el Orden de la Iglesia adoptado.

Proverbios 11:14; Hechos 15:1-35; I Corintios 13:9-10; 2Timoteo 3:16-17

11. La iglesia tiene el mandato de ejercer su ministerio de reconciliación proclamando el evangelio hasta los confines de la tierra y administrando los sacramentos en la congregación.

Mateo 26:26-30; 28:19-20; Hechos 1:8; 2:38-39; 1Corintios 11:17-34; 2Corintios 5:18-21

12. Cristo cuida y gobierna Su iglesia a través de los oficiales, es decir, ministros, ancianos y diáconos, a quienes Él elige a través de la congregación.

Hechos 1:23-26; 6:2-3; 14:23; 1Timoteo 3:1,8; 5:17

13. Las Escrituras requieren que los ministros, ancianos y diáconos estén debidamente cualificados para el desempeño adecuado de sus respectivos oficios.

1Timoteo 3:2-9; 4:16; 2Timoteo 2:14-16; 3:14; 4:1-5

14. Siendo el pueblo escogido y redimido de Dios, la iglesia, bajo la supervisión del consistorio, está llamada a adorarlo con reverencia y asombro de acuerdo con los principios bíblicos que rigen la adoración.

Levítico 10:1-3; Deuteronomio 12:29-32; Salmo 95:1,2,6; Salmo 100:4; Juan 4:24; Hebreos 12:28-29; 1Pedro 2:9

15. Puesto que la iglesia es la columna y el fundamento de la verdad, es llamada a través de su ministerio de enseñanza para edificar al pueblo de Dios en la fe.

Deuteronomio 11:19; Efesios 4:11-16; 1Timoteo 4:6; 2Timoteo 2:2; 3:16-17

16. El llamado evangelístico y misionero de la iglesia consiste en predicar y enseñar la Palabra de Dios a los no convertidos en el país nacional y en el extranjero con el objetivo de establecer nuevas iglesias o expandir las iglesias existentes. Este llamado es cumplido por los ministros de la Palabra ordenados para ser misioneros, y al equipar a la congregación para ser la luz del mundo.

Mateo 5:14-16; 28:19-20; Hechos 1:8; Efesios 4:11-13; Filipenses 2:14-16; 1Pedro 2:9-12; 3:15-16.

17. La disciplina cristiana, que surge del amor de Dios por su pueblo, se ejerce en la iglesia para corregir y fortalecer al pueblo de Dios, para mantener la unidad y la pureza de la iglesia de Cristo, y así brindar honor y gloria al nombre de Dios.

1Timoteo 5:20; Tito 1:13; Hebreos 12:7-11

18. El ejercicio de la disciplina cristiana es ante todo un deber personal de cada miembro de la iglesia, pero cuando la disciplina oficial de la iglesia, a quien se confían las llaves del reino, se hace necesaria, debe ser ejercida por el consistorio de la iglesia. (Mateo 18:15-20, Juan 20:22-23, Hechos 20:28, 1Corintios 5:13, 1Pedro 5:1-3)