¿Qué hace la fe? Depende

Traductor: Valentín Alpuche

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A algunas personas les encantan los rompecabezas, trabajarán en ellos durante horas y horas. Cuando estás formando un rompecabezas, necesitas algunas pistas para descubrir cómo encajan las piezas. Tienes el dibujo en la caja, sus colores y formas. Otra pista es el borde de las piezas: siempre es útil encontrar los bordes y las esquinas. Luego también están las formas de las piezas del rompecabezas: algunas formas simplemente no encajan. Tomando todas las pistas juntas, eventualmente puedes terminar el rompecabezas.

La teología es muy parecida a armar un rompecabezas. Hay todas estas piezas diferentes. Encajan, pero no siempre nos damos cuenta de inmediato de cómo lo hacen. La clave es prestar atención a las pistas. Estas nos son dadas en las Escrituras.

Uno de los temas más importantes en teología tiene que ver con la actividad de la fe. Esto se debe al papel de la fe en la justificación. Esta doctrina tiene que ver con Dios declarándonos justos a causa de lo que Cristo ha hecho en su vida y muerte. Cuando se trata de la justificación, las Escrituras enseñan que somos justificados solo por la fe. Pero ¿qué significa realmente «por fe»?  ¿Qué hace la fe en nuestra justificación? ¿Cuál es la actividad de la fe?

Históricamente, las iglesias de la Reforma han tenido una respuesta clara a esa pregunta. La actividad de la fe en la justificación es descansar y confiar solo en Cristo. El individuo deja de tratar de ganarse el favor de Dios y en su lugar mira a Cristo y recibe Su justicia y perdón. Así que también se podría decir que la fe es meramente receptiva en la justificación. Recibe lo que Cristo ofrece para nuestra justificación. La fe es como tus manos abiertas en las que se coloca un regalo de otra persona. Es por eso que Romanos 3:25, en el contexto de la base de nuestra justificación, habla de la redención de Cristo como algo «para ser recibido por la fe».

Pero luego hay otros pasajes que parecen insistir en que la fe hace más que solo recibir. Uno de esos pasajes es Gálatas 5:6, «porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión, sino la fe que obra por el amor». Este pasaje parece estar diciendo que lo que realmente cuenta es que la fe sea activa en el amor. Esto ha llevado a los católicos romanos y otros a argumentar que la actividad de la fe en la justificación no es meramente receptiva. La fe también es «obrar por el amor».

Tenemos algunas piezas que no parecen encajar. Para armar este rompecabezas teológico, necesitamos mirar más de cerca las pistas.

El contexto de Gálatas es la lucha con los judaizantes. Afirmaban ser seguidores de Cristo, pero insistían en la obediencia a las leyes ceremoniales mosaicas, incluida la circuncisión. Agregaron una carga legalista al evangelio: esta carga quitó lo «bueno» de las buenas nuevas. Pablo los reprende por eso. En el capítulo 3, contrasta la observancia de la ley con la fe. Y en Gálatas 5:4 dice: «De Cristo os desligasteis, los que por la ley os justificáis…» En ese contexto, no esperarías que se diera la vuelta repentinamente y dijera: «En realidad, lo que hace tu fe aparte de recibir a Cristo y sus beneficios realmente juega un papel en tu justificación». Esa es nuestra primera pista.

El versículo 6 comienza con cuatro palabras clave: «Porque en Cristo Jesús…» El lenguaje de estar «en Cristo Jesús» es el lenguaje de la unión espiritual vital con Cristo. Uno solo puede estar unido salvadoramente a Cristo si la justificación es una realidad. Si estás «en Cristo Jesús», has sido justificado. Es por eso que Romanos 8:1 dice: «Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús».

Ahora, ¿qué demuestra que estás unido a Cristo como un creyente justificado? La circuncisión no lo hace. Tampoco lo hace la incircuncisión. Ambos son impotentes para probar la autenticidad de tu relación con Cristo. Los gálatas tienen que dejar de asegurar la autenticidad de su fe con estas razones, las cuales no hacen más que crear hostilidad y división dentro de sus iglesias.

Lo que demuestra la autenticidad de tu unión con Cristo es lo que produce tu fe, específicamente: ¿produce el fruto del amor? La persona unida a Cristo, que ha experimentado la justificación a través de la fe en Él, la probará invariablemente con actos de amor al prójimo. La fe que obra a través del amor es lo que cuenta para demostrar a quienes nos rodean la realidad de nuestra relación con Jesús.

Para ensamblar todo esto teológicamente, necesitamos todas estas pistas. Pablo no está hablando de la justificación, pero la justificación está en el trasfondo de la unión con Cristo. Él está hablando de la vida cristiana que surge de la unión con Cristo. Este versículo es en realidad parte de la transición en esta epístola del evangelio a nuestra respuesta al evangelio, de lo indicativo a lo imperativo. Así que el versículo 13 dice: «… sino servíos por amor los unos a los otros». Y el versículo 14 repite el gran mandamiento de amar a tu prójimo como a ti mismo. Se trata de la santificación, del proceso de crecer en santidad.

Entonces, ¿cuál es la actividad de la fe en la santificación? Según el versículo 6, produce el fruto del amor. Mientras que la fe es meramente receptiva en nuestra justificación, la fe es activa en el amor en nuestra santificación. Estas dos actividades de fe necesitan ser distinguidas. Cuando no lo son, lo que sucede es que nuestras obras (incluido el amor que se muestra al prójimo) se introducen de contrabando como parte de nuestra justificación. Es por eso que toda esta discusión es tan consecuente.

¿Qué hace la fe? Bueno, depende del contexto del que estemos hablando. En la justificación, la fe descansa, confía y recibe lo que Cristo ha hecho. En la justificación, la fe deja todo el hacer a Jesús. Pero en la santificación, la fe está ocupada actuando a través del amor. En la santificación, nuestra fe produce fruto por el poder del Espíritu Santo. La fe hace cosas diferentes en diferentes contextos, pero cuando se trata de la planta baja de nuestra salvación, no hay lugar para que nadie realice otra cosa que no sea nuestro Señor Jesucristo.